La limpieza en oficinas es uno de los elementos que más influencia ejercen sobre el desarrollo de la actividad diaria. Desde que llevamos a cabo las limpiezas de final de obra, imprescindibles para poder comenzar a funcionar y que responden a una necesidad puntual, tanto el orden como la limpieza que mantengas en tu oficina va a ser determinante en muchos aspectos.
El desorden, un agujero para el negocio
La limpieza de oficinas está directamente relacionada con la productividad. En un espacio de trabajo donde reine el desorden se va a perder mucho tiempo buscando papeles, objetos de escritorio e incluso va a aumentar las posibilidades de perder por accidente documentos importantes. Una oficina en la que todos los días se ordena y se vacían sus papeleras, es una oficina donde podrás trabajar mucho mejor.
La oficina es el lugar donde recibes a los clientes y a los proveedores y por lo tanto forma parte de tu carta de presentación. Contar con un servicio de limpieza permite que sea un espacio de trabajo pulcro, lo que clientes y proveedores veran nada más llegar. Y ya no solo se trata de la importancia de la primera impresión, sino que se evita la incomodidad que pudieran sentir al tratar asuntos de negocios en un espacio desordenado.
El polvo que se acumula no solo influye en la presencia de la oficina, sino que puede perjudicar tanto a las personas como a los aparatos eléctricos. El polvo puede provocar o agudizar problemas de salud, como las alergias, y reducir la capacidad de trabajo o, incluso, causar bajas laborales. En cuando a los aparatos eléctricos, la acumulación de polvo en su interior puede provocar daños, con el consiguiente coste de reparación o sustitución.
Por lo tanto, apoyarse en una empresa de limpieza profesional mejora, desde el primer día, el rendimiento de tu negocio.